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Recortes en el LATU: una amenaza a la salud, el bolsillo y el futuro de Uruguay Asociación de Funcionarios del LATU (AFUL)

  • COMUNICACIÓN AFUL
  • 6 oct
  • 3 Min. de lectura

Cada día, la confianza en lo que consumimos y producimos en Uruguay descansa sobre una institución pública clave: el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU). Su trabajo es el guardián silencioso que protege nuestra vida cotidiana. El LATU cuida nuestra salud al verificar la inocuidad de los alimentos; protege a nuestras familias certificando que juguetes y materiales sean seguros; resguarda el medio ambiente con controles de calidad esenciales; y defiende nuestro bolsillo, asegurando que las balanzas y surtidores midan correctamente para que paguemos lo justo.


Además, como instituto de referencia nacional, su respaldo técnico abre las puertas del mundo a nuestros productos. Sin la garantía de calidad que ofrece el LATU, las exportaciones uruguayas pierden acceso y valor, afectando directamente nuestra economía.


¿Qué pasaría si esta red de seguridad se debilita o desaparece? Nos enfrentaríamos a mayores riesgos sanitarios y ambientales. La confianza en los productos uruguayos se erosionaría, frenando exportaciones. Como consumidores, quedaríamos desprotegidos, mientras las pymes perderían competitividad frente a quienes, sin un estándar de calidad garantizado por el Estado, abaratan costos sacrificando la seguridad del producto.


Lamentablemente, ese riesgo es hoy una realidad. El Directorio actual de LATU ha aceptado una política de recortes establecida por el Ministerio de Economía, sin la defensa del Ministerio de Industria, y las prioridades parecen equivocadas. Se han aplicado, en periodos anteriores, y se proponen nuevas rebajas a los ingresos que financian el trabajo técnico, mientras se priorizan inversiones en edificios por encima de la capacidad tecnológica, el equipamiento y el personal, que son el corazón del servicio público. Esto ya provoca efectos graves: menos controles, un desgaste del valioso capital técnico y humano, y una oportunidad perdida para que Uruguay sea más competitivo y seguro.


AFUL representa a quienes día a día sostienen la infraestructura de calidad del país. Por eso, decimos con claridad que estas decisiones deterioran la misión del LATU. La inversión en ladrillos no puede seguir desplazando a la inversión en ciencia. Esta priorización errada ya ha ocurrido: durante años se invirtieron millones en edificios de alquiler mientras se ahogaban los recursos esenciales del laboratorio y su personal. Si la nueva Ley de Presupuesto insiste en esta dirección y vuelve a disminuir los ingresos, se comprometerá gravemente la continuidad de los controles.


Por ello, pedimos a las autoridades retirar del Presupuesto los artículos que reducen los recursos del LATU y reorientar las prioridades de gasto hacia el equipamiento, los ensayos y el personal técnico. Exigimos transparencia y un diálogo real para analizar el impacto de cada decisión. Hasta ahora, esa participación nos ha sido negada y la ausencia de diálogo persiste.


Esto no es una interna del LATU y los trabajadores, es Uruguay. No defendemos privilegios, sino el derecho de la ciudadanía a la seguridad y la calidad. Es obligación del Estado proteger y fortalecer al LATU, un patrimonio técnico nacional que garantiza innovación, competitividad y soberanía. Desmantelarlo costará mucho más que las crisis de confianza, los productos rechazados y los mercados perdidos. En última instancia, costará la salud de nuestra gente.


Hacemos un llamado directo al gobierno, a los legisladores y a las autoridades de todos los partidos: elijan más ciencia, tecnología y control, no menos. Protejan la capacidad técnica que sostiene nuestra vida cotidiana y nuestra inserción internacional.


Asociación de Funcionarios del LATU (AFUL)

Por un LATU al servicio de la salud, la industria y la competitividad del Uruguay

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